Este Rosario ah sido de abundante bendición en mi vida, se lo recomiendo a todos. La clave está en que repetimos 205 veces el Nombre de JESUS.
La oración del Rosario de la Liberación es una oración nacida en la mente del Padre Moises Larraga.
Un incidente en León, Guanajuato le hizo ver a sí mismo y a muchas personas que tenía un don de sanación cuando en la Catedral de los Mártires de Cristo Rey de Piedras Negras una joven cayó de espalda desde una de las altas gradas del templo. Todos creyeron que había muerto pero el padre Larraga se acercó a ella exclamando ¡No se quebrará ni un hueso! Mientras oraba, la chica resultó ilesa.
Cada día eran más los fieles que acudían al padre Moises Larraga para que los sanara o los ayudara a liberarse de algún pesar. En Abril de 1999 el padre Emiliano Tardiff lo solicita para entrevistarlo y ordenarle predicar el Evangelio porque el Señor le había otorgado un milagroso don de sanación a través de la oración.
A partir del momento en que el padre Larraga emprende su camino como predicador se va llenando de experiencias, conocimientos e inspiraciones que finalmente derivan en la formación del milagroso rosario de la Liberación y la sanación que tantas bendiciones y milagros ha permitido para los fieles de corazón.
¿COMO SE REZA?
♥Para orar por uno mismo es:
En cada cuenta del Padre Nuestro: “Si Jesús me libera, yo seré verdaderamente libre”
En cada una de las cuentas del Ave María: “Jesús, Ten piedad de mí”; “Jesús, sáname”; “Jesús, sálvame”; “Jesús, libérame”.
♥Para orar por la familia:
En cada cuenta del Padre Nuestro: “Si Jesús libera a mi familia, mi familia será verdaderamente libre”
En cada una de las cuentas del Ave María: “Jesús, Ten piedad de mi familia”; “Jesús, sana a mi familia”; “Jesús, salva a mi familia”; “Jesús, libera a mi familia”.
♥Para orar por un alguien cercano
En cada cuenta del Padre Nuestro: “Si Jesús libera a (nombre de la persona), (nombre de la persona) será verdaderamente libre”
En cada una de las cuentas del Ave María: “Jesús, Ten piedad de (nombre de la persona)”; “Jesús, sana a (nombre de la persona)”; “Jesús, salva a (nombre de la persona)”; Jesús, libera a (nombre de la persona)”
- Finalizamos con la oración del Salve: “¡Dios te salve, Reina y madre!, madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, ¡Dios te salve!”
NOTA: Si rezamos el Rosario por otra persona o por nuestra familia, es importante, hacer una oración de protección antes y rezarlo por nosotros mismos primero y después por la otra persona.
