Esta oración se recomienda a las madres que tengan hijos afectados por el vicio, estén atados a un pecado, o tengan problemas de rebeldía. Haz esta oración por cada hijo,
llenando de amor los vacíos que pudieran quedar en su interior en las distintas etapas de su vida.
Esta oración permitirá que Jesús los sane y libere de los traumas que actualmente los están afectando. Todos los conflictos de sus hijos pueden sanar si oras por ellos, y tú los
puedes ayudar a salir de esas dificultades. La oración de los padres tiene mucho poder. Busca un lugar donde nadie te interrumpa, cierra tus ojos e invita a Jesús para que
juntos recorran la vida de cada uno de tus hijos:
Señor Omnipotente, en tus manos está mi vida, te pido que mires la hora en que fue concebido ( decir el nombre de tu hijo), solo tú sabes si fue un acto de amor, un accidente o un acto de pecado.
Jesús Amado, haz de este acto una relación linda como tú quisiste que fuera, si hubo
pecado, tómalo y sana a mi hijo de cualquier trauma que le haya causado. Rompe con la
fuerza de tu amor cualquier atadura que esté oprimiendo la vida de ( decir el nombre de
tu hijo).
Señor, reconozco que cuando me di cuenta que estaba embarazada sentí miedo,
perdóname por este acto de cobardía, llena de amor ese momento, acércate a mí y
consuélame. Señor Jesús, tú estuviste durante todo el embarazo de mi hijo, por eso te
ruego que lo sanes de todos los impactos de rechazos recibidos por mi esposo y por mí.
Borra todos los momentos dolorosos (miedo, dolor, tristeza, angustia) durante mi
embarazo.
Amado Jesús, sana esos traumas inconscientes recibidos en el vientre durante el
embarazo de mi hijo y que causaron daño en su interior; por eso hoy te pido que lo
abraces y lo llenes con tu amor.
Jesús mío, para ti todo es presente, por eso ante ti coloco el momento del parto,
acompáñame, los dolores fueron muy fuertes y no permitieron decirle a mi hijo que lo
amaba, pero hoy tú, Jesús, colocas sobre este bebé tu mano sanadora y cualquier cosa
que lo haya afectado ¡Sánalo! Recíbelo en tus brazos junto con la Virgen Santísima (
imagínate a Jesús y a María Santísima acariciando tiernamente a tu hijo en el momento
del nacimiento) y te pido que sanes en él cualquier problema que haya quedado por no
recibir el amor que esperaba. Corto en tu Nombre toda atadura ocasionada por las
circunstancias.
Señor Jesucristo, ante tu altar coloco los primeros meses de vida de mi hijo porque por
mi ausencia y la de su padre no recibió el amor que necesitaba y en su interior quedó ese
vacío ( recuerda cómo fue el primer año de vida de tu hijo, y paso a paso con Jesús
pídele que sane con amor cada trauma causado en él) .
Señor, perdóname por no estar presente cuando mi hijo dio sus primeros pasos; él
necesitaba de mi protección pero por falta de tiempo no recibió el cuidado necesario. Te
suplico, Jesús, que sanes cualquier trauma que durante sus primeros años pudieron
marcar su vida, por no brindarle el amor necesario; llena con tu amor todos esos vacíos
que hayan podido quedar en esos primeros años; y te lo consagro a tu Corazón
Sacratísimo y al Corazón Inmaculado de la Virgen María.
Señor, muchas veces peleamos con mi esposo delante de él y eso causó traumas de tal
manera que hoy lo están afectando; te pido, Jesús, que sanes aquellos momentos que
marcaron su vida. Llena con tu amor su corazón y borra de su mente aquellos recuerdos
que le producen dolor.
Jesús Amado, mi hijo es rebelde, sánalo de toda falta de amor que esté afectando su interior; ya que su corazón se fue llenando de amargura por el rechazo, por las
situaciones difíciles que pasamos, por los malos tratos recibidos o quizás por el exceso
de protección que le brindamos y por complacerlo en todo.
Sella con tu Sangre la vida de mi hijo para que ninguna influencia del mal afecte las
distintas áreas de su vida, coloca tus manos llagadas sobre él para que sane de toda
enfermedad que esté afectando su cuerpo y alma, y corta toda cadena que le obstaculice
recibir tus bendiciones.
Protégelo de todo mal y peligro, borra de raíz todo trauma, vicio y enfermedad,
envuélvelo con tu amor y cúbrelo con tu preciosa sangre para que él pueda salir
triunfante de toda dificultad ( menciónala) que tenga en este momento. Yo te alabo y
bendigo por la vida de mi hijo porque fue un regalo precioso que tú me diste y sé que tú
lo estás protegiendo y sanando. Amén.
Se recomienda hacer esta oración durante nueve días, si es posible tres veces al día.