Oración de Consagración al Inmaculado Corazón de María

Santísima, Madre de Dios y Madre mía, hoy me presento ante ti para consagrarte toda mi

vida y todo mi ser a tu Inmaculado Corazón.

Te consagro y te entrego cada uno de mis órganos, miembros, sentidos y potencias de mi

alma, la memoria, el entendimiento y la voluntad; mi consciente, inconsciente y

subconsciente. Te consagro cada uno de los dones, virtudes y carismas con que el Padre

Creador ha adornado mi ser: mi libertad, mi imaginación, mis instintos, mi capacidad

para amar y para elegir, mi capacidad de movimiento y de ubicación en el tiempo y en el espacio.

Te entrego también, Madre mía, refugio de pecadores, lo único que verdaderamente me

pertenece: mi pecado, y el de todos los hombres, y te ruego que por tu intercesión lo

presentes a tu Hijo Santísimo, para que él lo consuma en el fuego de su amor.

Acepto desde hoy y para siempre, Madre mía, toda mi vida, toda mi historia, como parte

de la historia de mi salvación, y para que no sea un simple acto de aceptación, te la

ofrezco como holocausto de amor y oblación; y para ello te consagro todo el tiempo

pasado en el vientre de mi madre, todas las heridas que pude haber recibido en el vientre

de mamá, así como también cada una de las taras genealógicas que pude haber heredado

de mis antepasados, para que en tu Corazón Inmaculado encuentren su rompimiento y sanación.

Te consagro y entrego, Madre mía, todo el tiempo de mi niñez, adolescencia, juventud,

madurez, y vejez; todos mis ideales presentes: familia, oración, trabajo, estudio,

descanso, amistades, diversiones, esperanzas y proyectos: para que en lo futuro

encuentre su realización según la voluntad del Padre Celestial.

En fin Madre, a tu Inmaculado Corazón consagro todo lo que tengo, todo lo que soy,

para que tú, según tu beneplácito dispongas de mi vida, entregándola al Santo de los

Santos, al Altísimo, al que con el Hijo y el Espíritu Santo, es Uno y Trino, Trinidad

Santa, de quien tu Señora, eres la esclava por amor. Acéptame como hijo y posesión

tuya. Vísteme con los ropajes de la gracia como vestiste a tu Jesús. Entrégame a Dios

Padre, a Dios Hijo, a Dios Espíritu Santo, rogándoles que hagan de mí una creatura

nueva, una verdadera imagen de Jesús y tuya; y ya que soy todo tuyo, guárdame y

defiéndeme como hijo tuyo, hasta que me lleves al cielo.

Madre mía, para que el triunfo de tu Inmaculado Corazón y el reinado del Sagrado

Corazón de tu Hijo Jesús sea una pronta realidad en este mundo, cuenta conmigo. Amén.

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